★ Drama Estático II ★

El drama, que comienza con gran sencillez, 
aumenta gradualmente hacia un limite terrible de terror y duda, que crece y crece
 hasta llegar a absorber el espíritu de las tres veladoras, 
el ambiente de la misma habitación e incluso el vigor que el día tiene para nacer.

El final de esta obra contiene el más sutil terror intelectual jamás visto.
Un pesado manto cubre a las veladoras cuando ya no tienen a quién hablar, 
ni razón laguna para hacerlo.



Es de noche y hay como que un vago resto de resplandor de luna.

PRIMERA VELADORA - Aún no dio hora alguna.
SEGUNDA
No se podía oír. No hay reloj aquí cerca. Dentro de poco debe ser de día.
TERCERA - No: el horizonte es negro.

PRIMERA -
 ¿No deseáis, hermana mía, que nos entretengamos contando lo que fuimos?
Es bello y es siempre falso...

SEGUNDA - No, no hablemos de eso, Finalmente,
 ¿fuimos nosotras alguna cosa?

PRIMERA
Tal vez. Yo no sé Pero, aun así, siempre es bello hablar del pasado...
Las horas han caído y nosotras hemos guardado silencio.

(una pausa)

LA MISMA - Hablar del pasado - eso debe ser bello,
porque es inútil y causa tanta pena...
SEGUNDA - Hablemos, si queréis, de un pasado que no hubiésemos tenido.
TERCERA - No. Tal vez lo hubiésemos tenido...
PRIMERA - No decís sino palabras. ¿Es tan triste hablar!
¿Es un modo tan falso de olvidarnos!... ¿y si paseásemos?...
TERCERA - ¿Dónde?
PRIMERA
Aquí, de un lado para el otro. A veces eso va a buscar sueños.
TERCERA - ¿De qué?
PRIMERA - No sé. ¿Por qué habría yo de saberlo?

(una pausa)

El pasado no es sino un sueño...
Además, ni sé lo que no es sueño..
Si miro hacia el presente con mucha atención
me parece que él ya pasó..


El Marinero
Fernando Pessoa



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