★ Profundidad ★

Elegí el camino de dentro
Ni arriba, ni abajo, ni a lo lejos
Siempre hacia adentro.

Busqué lo real
Lo eterno

Capa tras capa
desenchando lo incierto

No soy el cuerpo
No soy la mente

Aún más profundamente
Hallé lo cierto.

Ahora soy.
Ya no hay adentro
Ni arriba, ni abajo, ni lejanía.

★ Tiempo ★

La vida sucede en una inmensa sopa de fenómenos. En medio de ellos, podemos elegir la experiencia de vivir el momento como parte indivisible de ese universo fenoménico. O bien, sentirnos una individualidad separada de todo lo demás y constantemente acosada por los acontecimientos.

En un intento de controlar lo que sucede en nuestro impredecible alrededor, inventamos el tiempo. 
Una forma de introducir medidas lineales entre todo lo que acontece. 
Una especie de hitos regulares a lo largo de un camino que también ideamos imaginariamente.

La medida del tiempo la ideamos para contrarrestar
la angustia de la separatividad, 
para sentir que podemos medir la vida.

El efecto tranquilizante finalmente 
ha sido desbordado por la angustia. 
La medición del tiempo termina enloqueciéndonos. 

Nos identificamos con un cuerpo que, en nuestras mediciones,
se aleja de un punto y se dirige a su propia destrucción.

Seguramente ese es el problema. 
Decidimos ser un cuerpo
y, por tanto, un suceso minúsculo 
en su temporalidad.

Nos tocará revisar esta percepción.
¿Somos un cuerpo?
¿Es una fantasía imaginar que transcurren fracciones de la eternidad?

Para encontrar las respuestas tenemos que encontrar nuestro real ser.

Inventando El Tiempo