La Gran Vía no es difícil
para quienes no escogen.
La más leve distinción
separa el cielo y la tierra.
Tener gustos y aversiones
es tener la mente enferma.
Y no ver la Gran Verdad
turba la paz esencial.
La Vía es como el espacio:
ni le falta ni le sobra,
es inmensa y es perfecta.
Cuando ves que todo es uno,
lo falso se desvanece.
Si afirmas que algo es real
no aciertas su realidad.
Si afirmas que algo es vacío
no aciertas su realidad.
Cuanto más piensas sobre esto
tanto más te alejarás.
Si cortas innecesarios
pensamientos y palabras
no hay donde no puedas ir.
Regresar a la raíz
es encontrar el sentido.
Si persigues apariencias
pierdes la fuente primera.
Despertar es trascender
el vacío y la forma.
Todo en el mundo cambiante
es real por la ignorancia.
No persigas la verdad,
sólo abandona opiniones.
No vivas en dualidad,
abstente de perseguirla.
Cuando la mente está en paz
nada ofende en el mundo.
Cuando nada nos ofende
las obstrucciones se van.
Cuando desaparece
del pensamiento el objeto,
el sujeto pensante
desaparece también.
Sin límite es la Gran Vía,
más allá de lo difícil
y de lo fácil también.
Si te apegas a algo
te extraviarás de seguro.
Sólo abandona ahora
la mente que se apega
y las cosas son como son:
ni se van ni se quedan.
Si buscas la Vía excelsa
no rechaces los sentidos.
Pues tal como es, este mundo
es perfecto, iluminado.
Cuando ya no estés dormido
solos los sueños se irán.
Si la mente no distingue,
las cosas son como son:
en esencia son lo uno.
El descubrir esta Fuente,
tan profunda y tan sutil,
libra de toda atadura.
Detén el movimiento
y hay no-movimiento
Si pones fin al reposo,
aparece el no-reposo.
Nada se apega a nosotros,
y nada se queda atrás.
Todo es claro, vacío,
y se revela a sí mismo
sin un esfuerzo mental.
El sí-mismo y el otro
se desvanecen aquí.
Para entrar en este mundo
de vacío y de verdad,
al instante di “no-dos”.
En este “no-dos” las cosas
son todas la misma cosa,
nada afuera o separado.
Los sabios de todas partes
despiertan a esta verdad.
La Vía va más allá
del tiempo y del espacio—
un instante es mil años.
No sólo aquí ni sólo allá:
la verdad está ante ti.
no hay límites aquí.
Lo que es no es,
lo que no es es,
si esto no tienes claro,
no captas la gran verdad.
Una cosa es toda cosa,
todas las cosas son una,
si sabes esto entonces
todo es entero y completo.
Cuando no hay separación
entre la mente y la fe,
esto trasciende del todo
pensamientos y palabras.
Pues aquí no existe el ayer,
ni el mañana,
ni el hoy.