La no-acción del hombre sabio no es inacción.
No es nada estudiado.
No se ve alterada por nada.
El sabio está tranquilo porque no se ve movido,
no porque desee estar tranquilo.
El agua tranquila es como un cristal.
puede mirarte en ella y verás la barba de tu mentón.
Es un nivel perfecto,
Si el agua es tan clara, tan nivelada;
¿Cuánto más lo será el espiritu del hombre?
El corazón del hombre sabio es sereno.
Es el espejo del cielo de la tierra, el cristal de todo.
Vaciedad, quietud, tranquilidad, insipidez,
Silencio, no acción: éste es el nivel del cielo y la tierra.
Esto es el Tao perfecto.
Los hombres sabios encuentran aquí su lugar de reposo.
En reposo, están vacío.
Del vacío viene lo incondicionado.
De esto, lo condicionado, las cosas individuales.
De modo que, el vacío del sabio
surge de la quietud, de la quietud la acción.
De la acción el logro.
De su quietud viene su no-acción,
que es tambien acción.
Wu Wei
La actividad perfecta
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