Los ojos no pueden aproximársele,
ni tampoco el habla ni la mente.
Por lo tanto, no le conocemos
ni sabemos cómo enseñarlo.
Es diferente de lo conocido
y diferente de lo desconocido.
Así lo oímos de nuestros predecesores que nos enseñaron.
Eso que el habla no puede revelar,
pero que es revelado por el habla,
Lo que la mente no abarca,
pero que es revelado por la mente,
Lo que la vista no puede ver,
pero aquello que la vista ve,
Lo que el oído no puede oír,
pero que el oído escucha,
eso y sólo eso,
conócelo como el Brahman,
Yo no creo conocerle, ni creo no conocerle,
y no obstante le conozco.
Él es distinto de lo conocido
y de lo desconocido, ése Le conoce.
Le conoce quién no Le conoce,
y no le conoce quién Le conoce.
Para el hombre de verdadero conocimiento,
Él es lo desconocido,
mientras que para el ignorante
es lo conocido.
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